Ordenación Diaconal en la localidad de Veracruz
El 29 de junio de 2024, en Veracruz, se llevó a cabo la ordenación diaconal de Luis Adrián Olvera de la Cruz, L.C. de manos de Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L.C.
Durante la ceremonia, Mons. Pedro Pablo destacó la importancia del carisma de la pasión por la misión y el celo por el Reino, que caracteriza a los Legionarios de Cristo, exhortando al nuevo diácono a ejercer su ministerio al estilo de San Pedro y San Pablo con estas palabras: “Ejerce, pues, tu ministerio como buen soldado de Cristo, enamorado de Él, de su Iglesia, de su Reino, que se siente urgido a defender y expandir el Reino; el Reino de vida y verdad, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz”.
El P. Alberto Simán, L.C., director territorial de México y Centroamérica, expresó que la ordenación diaconal en la localidad de Veracruz representa un logro significativo, que es “la cereza sobre el pastel”, ya que el día anterior esta localidad celebró sus 30 años en la labor del Reino de Cristo y la ordenación del Diácono Adrián es un signo de dar “lo mejor que tienen sus hijos, en este caso un hijo para el servicio y el ministerio de los demás, para que el mensaje de Jesucristo sea conocido más y más por los hombres”. En su mensaje final agradeció y felicitó a la comunidad de Veracruz por este día de celebración, destacando su orgullo por el don recibido.
Al final de la celebración el Diácono Luis Adrián, L.C., compartió su gratitud a Dios y a su familia por el apoyo recibido a lo largo de su camino. Mencionó la importancia que tiene para él la capilla en donde acababa de recibir la ordenación, ya que es, ahí mismo, donde aprendió a rezar y conocer a Dios. El momento de la ordenación fue una oportunidad para asombrarse por Dios, ya que esto “es una gracia -que le pido al Señor- que me permita tener por lo que ha hecho en mi vida (…), pido por cada uno de ustedes para que este asombro de encontrarnos con Cristo sea nuestra motivación, lo pedí mucho en la ordenación, pedí por cada uno de ustedes para que hoy sea un día de asombro, no por la ordenación diaconal, sino por lo que Dios ha hecho en cada una de nuestras vidas”, y concluyó “no tengamos miedo a creer que realmente el Señor puede saciar nuestros corazones”.
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La comunidad de Veracruz celebró este importante acontecimiento con alegría renovando su compromiso al servicio de la Iglesia local y universal.