«Heme aquí Señor, a ti vengo»
El viernes 14 de agosto de 2020, los hermanos Emilio Arriaga, Luis Mauro Pacheco, José Salvador Maldonado, José Brayan Reyes, Matías José Muñoz, Luis Gerardo Sánchez, Arturo Rafael Naranjo y Roberto Valencia, emitieron su primera profesión religiosa en el Noviciado de los Legionarios de Cristo en Monterrey.
Recibió la profesión religiosa de estos hermanos el P. Paul Lara, L.C., director territorial de los Legionarios de Cristo; participaron en la celebración eucarística los padres Jesús Cardier, Vicente Yanes, Carlos Zanatta y Felipe Rivas, LLCC.
«Consagrarme a Dios en la Legión de Cristo, dedicando mi vida al servicio de la Iglesia y del Papa», fue la respuesta de los ocho hermanos.
Durante la homilía el P. Paul Lara, les dijo a los presentes:
«Hermanos, al verlos jóvenes, alegres, fuertes, llenos de entusiasmo, llenos de vida, con todo un futuro delante de ustedes, pienso mucho en el pasaje del Evangelio donde Cristo habla de aquel hombre que, al encontrar un tesoro en un terreno, vende todo lo que tiene para comprar el terreno, o en ese vendedor de perlas que al encontrar la más valiosa, vende todas las que tiene para comprarla.
Realmente conmueve verlos, y ver el paso que dan el día de hoy con su profesión religiosa. Pensar en todo lo que Dios nuestro Señor ha hecho para descubrirles ese tesoro por el cual vale la pena venderlo todo para seguirlo.
Es sobrecogedor verlos a ustedes y pensar precisamente que eso es lo que Dios nuestro Señor ha hecho con ustedes, les ayudo a descubrir este tesoro por el cual vale la penar dejarlo absolutamente todo y seguirlo. ¡Qué impresionante pensar lo que Dios ha hecho para tocar el corazón de cada uno de ustedes, para conquistar su corazón y hacerles este llamado! Un misterio a los que les llama Dios, a ser parte del misterio de lo que Él vivió, Él que llama a sus apóstoles a ser sus íntimos, los lleva hacer la experiencia de su amor, se da a conocer, hacen la experiencia de Él, los forma y los lanza para que ellos también lleven a otras personas a experimentar el amor de Cristo y a formar apóstoles. Es la misión a la que Dios les ha llamado y hoy aquí están para decirle “sí”.
Hoy podemos ver en las lecturas como Dios actúa y como se ha ido revelando y modelando el corazón de cada uno de ustedes.
En la primera lectura vemos como habla el Señor y como llama a Samuel. Dios que se hace presente y va formando a Samuel para que lo aprenda a escuchar. Dios que le tiene paciencia. Elí que le ayuda a Samuel a descubrir que es el Señor. Así lo ha hecho con ustedes en su vida, Dios se ha hecho presente, ha querido ser cercano, les ha hablado y les ha ayudado a descubrir y escuchar su voz.
Han tenido dos años en el noviciado para escuchar atentamente la voz del Señor y ver qué es lo que quería de ustedes; largas horas de oración, de adoración, para escucharlo y, no nada más eso, sino también para escucharlo en las diversas circunstancias de la vida, para descubrir cómo les habla y qué es lo que quería decirles y descubrir ese llamado para ustedes».
El P. Paul Lara, L.C. agradeció al equipo de formadores y a las familias de los novicios.
Posteriormente expreso: «También tuvieron una ayuda como Samuel tuvo a Elí, en sus formadores que los acompañaron en la dirección espiritual, que les ayudaron a descubrir esa voz de Dios, ese llamado de Dios. Hoy aprovechamos esta santa misa para agradecerles aquí, al equipo de formadores, precisamente por acompañarlos y ayudarles a descubrir esa voz de Dios. Asimismo, hoy les agradecemos a sus padres y a sus familias que están acá, que en toda su vida les han ayudado a descubrir esa voz de Dios que nos habla. Gracias también por ser parte de esta familia de la Legión de Cristo y del Regnum Christi, ya que desde el noviciado son parte de la familia y ahora ya de una manera especial después de este “sí” que dan a Dios nuestro Señor públicamente delante de la Iglesia».
El padre continuó con una reflexión sobre la segunda lectura: «En la segunda lectura San Pablo dice: “No quiero decir que haya logrado ya ese ideal, o que sea ya perfecto, pero me esfuerzo en conquistarlo, porque Cristo Jesús me ha conquistado”.
Precisamente vemos un cambio radical en la vida de San Pablo cuando Cristo lo conquista, cuando formalmente ve a Cristo y tiene la experiencia de Él, cambia radicalmente su vida.
Como San Pablo busquemos abrir de tal manera nuestro corazón a Cristo para que sea Él, el que nos vaya guiando, el que nos vaya inspirando, para que nos enseñe a ver a los demás como Él los ve».
El P. Paul finalizó diciendo: «Pidamos a María que logremos penetrar el amor de Jesús y descubrir aquel tesoro por el cual vale la pena dejarlo todo para seguirlo».
A la ceremonia asistieron algunos familiares de los profesos y los novicios de primer año teniendo en cuenta las medidas de sana distancia que se viven en la nueva realidad ante la pandemia.