El sábado 23 de julio, en la Iglesia Santa María de Guadalupe de la Universidad Anáhuac Cancún, fue ordenado diácono el P. José Eduardo Gorocica, L.C.
Monseñor Pedro Pablo Elizondo, L.C., obispo de la diócesis de Cancún-Chetumal, presidió la celebración y fue quien, al imponer sus manos, ordenó al nuevo diácono legionario de Cristo.
Acompañado de más de diez sacerdotes y diáconos legionarios y diocesanos, el padre José Eduardo fue presentado ante Mons. Elizondo por el Padre Emilio Díaz Torre, L.C., delegado de los Legionarios de Cristo en el sureste de México, y pidió para él la ordenación diaconal. A la petición, el obispo legionario de Cristo respondió: “Con el auxilio de Dios y de Jesucristo, nuestro salvador, elegimos a este hermano nuestro para el orden de los diáconos”.
Para ver la transmisión en vivo puede seguirse este enlace: https://www.facebook.com/LegionariosDeCristoMexico/videos/632645464536563/
“Qué gusto y qué alegría conferirle un sacramento más, el del diaconado.”
En su homilía, Mons. Pedro Pablo habló del valor de la vocación: “Querido hermano José Eduardo, una vocación sacerdotal es el don más preciado y valioso que Dios le puede regalar a una comunidad y hoy tenemos la dicha de recibir este gran don en nuestra comunidad diocesana de Cancún Chetumal y en nuestra comunidad legionaria”.
Continuó hablando de la cercanía con el neo diácono pues “Hace casi 20 años tuve la suerte de darle la primera comunión y unos años después, la confirmación. Y aunque al darle la primera comunión tenía cara de angelito, jamás sospeché hasta dónde iba a llegar con su vocación. Qué gusto y qué alegría conferirle un sacramento más, el del diaconado”.
El obispo de Cancún-Chetumal dedicó también unas palabras a la familia del diácono José Eduardo: “Te acompañamos con mucha alegría y gratitud hacia tu familia, porque la vocación es de la familia, es de todos y entre todos ayudamos a que se pueda responder generosamente a esa vocación. Sin el apoyo de los papás, de los hermanos, de la familia, de la comunidad; es muy difícil responder al Señor generosamente”.
Posteriormente explicó el sentido del ministerio diaconal: “Dentro de unos momentos, por la imposición de las manos del obispo, vas a recibir un don extraordinario. Vas a ser configurado sacramentalmente con Cristo, siervo servidor de todos. Este don sacramental te capacita para el servicio de la predicación, para el servicio del altar y para el servicio de la caridad. Acepta, pues, este don con un corazón lleno de gratitud, de humildad. Lleno de asombro y deseoso de servir porque es un don, es un carisma, es un regalo para ti y para la comunidad a través de ti”.
“Que el anhelo más profundo de tu corazón sea el grito de la oración del Señor «Venga tu Reino».”
El obispo legionario de Cristo habló también del cumplimiento de la misión y del carisma legionario: “Que la pasión y el celo ardiente de san Pablo te acompañe siempre en tu ministerio diaconal. Ese celo es parte del carisma que el Señor te ha regalado al llamarte a la Legión de Cristo. El señor bendecirá y hará fecundo tu ministerio. Que en tu vida resplandezcan siempre claros los rasgos del carisma legionario: fraternidad, misión, combate espiritual. Querido hermano, desde este momento de tu ordenación, más que nunca eres todo por la misión y puedes exclamar ‘venga todo sobre mí con tal de hacer avanzar un milímetro la causa del Reino, legionario de Cristo y de Roma, la vida y la muerte por nuestra misión’. Que el anhelo más profundo de tu corazón sea el grito de la oración del Señor «Venga tu Reino». Que la urgencia de la misión siempre arda en tu corazón al estilo de san Pablo”.
“Que la Virgen santísima de Guadalupe, ante cuya mirada tierna y maternal estás recibiendo el don de tu ordenación diaconal, te proteja siempre, te cuide siempre, te cubra con su manto lleno de estrellas e interceda por ti y te alcance todas las gracias que necesites para ser fiel al carisma legionario que has recibido y al carisma diaconal que vas a recibir, para que la fecundidad te acompañe siempre en todo tu ministerio diaconal”, concluyó.
“Oren por mí.”
Al final de la ceremonia, el neo diácono dedicó unas palabras a los presentes: “Hoy tengo junto a mí a mi obispo, un auténtico padre que me ha visto crecer en la fe y que hoy suma un sacramento más a mi «pasaporte de católico». De él recibí la primera comunión, ya como obispo la confirmación y hoy me confiere el orden diaconal. Tengo frente a mí a la Virgen de Guadalupe a quien ofrezco mi ministerio. Tengo delante de mí a mis padres, a mis hermanos, sin duda una de las alegrías más grandes para mí compartir este momento juntos es un regalo”.
“Les pido a todos dos cosas: oren por mí y velen para que mi vida sea como la de Jesús siervo, que no vino a ser servido sino a servir. Y cuídenme, ayúdenme, corríjanme de mis errores pues también soy humano. Soy un hermano suyo” pidió a todos los asistentes a la ordenación antes de comunicar su nueva misión en Guadalajara.
Semblanza P. José Eduardo Gorocica Rangel, L.C.
Nació el 3 de julio de 1993, en Cancún, Q. Roo. Ingresó en el Centro Vocacional del Ajusco en el verano de 2007 a sus 14 años. En 2010 inició su noviciado en Monterrey, emitiendo sus primeros votos religiosos en 2012. De 2013 a 2014 cursó sus estudios de humanidades clásicas en esa misma ciudad. Al concluir este periodo, inició sus estudios de filosofía en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma por tres años. En 2017 fue enviado a la CDMX a sus prácticas apostólicas, donde colaboró por dos años en la formación de los adolescentes del Colegio Cumbres Bosques y como auxiliar del ECYD. En 2019 volvió a Roma para iniciar sus estudios de teología en el mismo lugar. El 11 de junio de 2021 emitió sus votos definitivos. En julio de 2022 recibió la ordenación diaconal de manos de Mons. Pedro Pablo Elizondo, L.C., en su ciudad natal.